- Parte inferior: gran semejanza con los modelos herrerianos de San Lorenzo de El Escorial: proporción, equilibrio, armonía...
- Remate: influencia italianizante.
- Torres: semejanza con las realizadas por los Hernán Ruiz para la Catedral de Córdoba y la Giralda de Sevilla y próximas también a modelos italianos.
La parte inferior viene marcada por grandes columnas de orden corintio que están emparejadas en el centro y aisladas en exterior, configurando calles donde aparecen las esculturas de San Pedro y San Pablo; tres relieves uno en cada puerta, así como el alineamiento de ventanales de arcos de medio punto con escudos y la imagen del Santo Rostro en el balcón central que nos recuerda que es la reliquia especial que custodia este templo. Desde ese balcón se bendecía a los fieles con el Santo Rostro el Viernes Santo y el día de la Asunción de María.
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En la balaustrada de la parte superior aparece en el centro la figura de San Fernando como conquistador de la ciudad y auspiciador de esta Catedral al poner la sede episcopal y la capital en Jaén, en 1249. A ambos lados de la figura del monarca están los cuatro evangelistas, Mateo (con el ángel), Juan (con el águila), Lucas (con el toro) y Marcos (con el león). Más allá aún, se encuentra los cuatro grandes Padres de la Iglesia Occidental: San Ambrosio (con la iglesia en la mano), San Gregorio Magno (con la tiara papal), San Agustín obispo (con el libro de teología) y san Jerónimo, sacerdote, que tradujo la Vulgata por encargo del Papa.
En lo referente a las puertas aparecen tres:
- La Puerta del Perdón (central) se abre sólo en las solemnidades y jubileos. En el dintel aparece la Asunción de María, titular de la Catedral, devoción del rey santo a la que consagraba todas las catedrales.
- La Puerta de los fieles (izquierda) está protegida por San Miguel Arcángel, jefe de los ejércitos celestiales, considerado desde antiguo el guardián por excelencia de la puerta de los santuarios, encargado de impedir la entrada al demonio. En el barroco, además, San Miguel simboliza el triunfo de la Iglesia Católica sobre sus enemigos.
- La Puerta del Clero (derecha) que conduce a la sacristía está dedicada a Santa Catalina, patrona de la ciudad antes del descenso de la Virgen de la Capilla en 1430. Al parecer, en el tercer cerco que Fernando III realizó a la ciudad de Jaén, tomada por los árabes, cuando estaba a punto de retirarse, Santa Catalina se le apareció y lo animó a no retirarse, mostrando en prenda las llaves de la ciudad. Al día siguiente el rey Alahamar entregó la ciudad. En agradecimiento, Fernando III la nombró patrona. Según algunos investigadores, hay indicios de una devoción a esta Santa en época previa a la reconquista de la ciudad. Santa Catalina, no obstante, es venerada por su sabiduría, su elocuencia, su fortaleza y su purísima castidad, por lo que no es difícil entender que en la edad media se la invocara como patrona del clero.
fotografías: archivo Seturja
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