viernes, 17 de julio de 2009

EL CALVARIO DE LA HERMANDAD DEL CORPUS

El grupo escultórico que configura el altorrelieve del retablo encargado por la Hermandad del Corpus sin ninguna duda es uno de los ejemplos renacentistas más bellos que posee la ciudad de Jaén. Se encuentra en la actualidad situado en los pies de la Iglesia de la Magdalena, entre las dos puertas que dan acceso al templo. Su tipología podría encuadrarse dentro de la retablística flamenca de la segunda mitad del siglo XV. Debió realizarse entre los años 1524-1526, por lo que algunos autores lo vinculan a los trabajos del artista Jerónimo Quijano que por entonces trabajó en Jaén; aunque otros autores lo ponen en relación con las obras de Jacobo Florentino apodado "El Indaco" que fue discípulo del gran artista Miguel Ángel, por la gran similitud estilística que presenta esta obra en relación con la producción artística de Florentino comparándola con obras como El Santo Entierro del Museo de Bellas Artes de Granada que Gómez Moreno atribuyó en su día al artista citado anteriormente.

Santo Entierro de Jacobo Florentino ( Museo de Bellas Artes de Granada)


Hay que tener en cuenta el ambiente cultural que se da en estos momentos en España notándose las influencias flamencas e italianas que influirán en la escultura española del momento sobre todo en las obras destacadas de artistas como Alonso de Berruguete, Juan de Juni, Felipe Vigarny, Damián Forment o Pietro Torrigiano que se preocupan por la anatomía humana y por la expresividad de los rostros. Las obras de Miguel Ángel o Claus Sluter servirán como referente para estos artistas. Posteriormente serán la base para los escultores del Barroco: Gregorio Fernández, Martínez Montañés, Alonso Cano, Salzillo entre otros.

Centrándonos en el análisis estilístico de la obra jiennense, podemos señalar que el altorrelieve del Cristo del Corpus presenta en el centro un Crucificado que sirve como eje axial de la composición que queda fraccionada simétricamente en dos grupos de personajes con una perspectiva de planos paralelos. Esta sería la distribucción de la obra de izquierda a derecha del espectador:

  • Izquierda: aparece el grupo de las Santas Mujeres con rostros compungidos, destacando entre este grupo la Mater Dolorosa (Virgen María), desvanecida, con una belleza clásica inusitada de la caida de los paños y con rostro expresivo: ojos y boca entreabierta. San Juan sostiene a la Virgen que se desploma ante el dolor de la muerte de su Hijo. Recuerdos de la escultura que realizará posteriormente Bernini de Santa Teresa.
  • Centro: Crucificado de tres clavos, muerto en una cruz en forma de tau con decoración de grecas recubierta con un rico estofado de pan de oro. El Cristo presenta un cuerpo apolíneo vencido el mismo hacia su derecha donde descansa la cabeza, peinada hacia detrás sin corona de espinas que deja ver su bello rostro. Cubre sus extremidades un paño de pureza con franjas y estofado. El costado aparece manando sangre por la lanzada.
  • Derecha: está formado por la soldadesca, de grotescos rostros que llegan incluso a mostrar rasgos de fealdad: narices aguileñas, verrugas, falta de dientes...En este grupo destacan dos figuras que aparecen en un primer plano: la de María Magdalena, compungida, que está de rodillas abrazada a la cruz; y la del centurión romano Longinos. La figura de Longinos, presenta cierto anacronismo, porque no va ataviado como los lanceros de la época de Cristo sino como los alabarderos italianos con ese tipo de coraza y escudo recordándonos en cierta medida al San Jorge de Donatello.

Este grupo sufrió una profunda restauración en 1996, que le devolvió la original frescura de sus encarnaciones, dorados y policromados, aunque aparece descontextualizada al desaparecer la capilla en la que se albergaba, formando parte del retablo. La documentación fotográfica conservada demuestra que poseía un fondo paisajístico en trampantojo.


fotografías: http://www.cristodesanagustin.com/artbiografiatorni.htm (imagen de El Santo Entierro); video: archivo Seturja.

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